20 ago 2012

Revista "Corazonadas" ICICOR. 3 Ilustraciones

Infografía  de Estenosis Aórtica

Recreación de ADN
Sobre la investigación de los factores genéticos en el desarrollo de la Estenosis Aórtica


 Ilustración para el relato "Alma, corazón y vida" 
Doctor, me duele el corazón. El galeno le miró por encima
de sus gafas, tragó saliva y se recostó en el sillón.
Pues lo suyo es singular, inaudito. Un caso único, enfatizó
el cardiólogo. Cuente, cuente…, su patología es digna de
fi gurar en los mejores manuales de la ciencia. El paciente
se sintió aliviado ante tanta compresión médica.
Pues verá, apenas respiro, tengo sudores fríos, los brazos
y las piernas apenas me responden, los objetos se me
caen de las manos y me canso al caminar. El doctor tomaba
nota y le pedía que le explicase, con detalle, cada uno
de los síntomas que iba detallando su interlocutor.
Explíquese, ¿también nota que el corazón le late muy deprisa?”…
¡Sí, así es!, como si fuera a salirse de la caja torácica.
¿Qué me dice del apetito?, ¿ha dejado de comer? Eso es lo
peor, doctor, no tengo nada de hambre, dejo el plato sin tocar
y me tumbo en el sofá con una profunda sensación de ahogo.
Imagino que también pasa las noches en blanco, señaló
el facultativo, mirándole fi jamente a los ojos. Así es, no
concilio el sueño desde hace días. Cuento las horas hasta el
amanecer, mientras escucho el latido de mi corazón. Además,
noto que la sangre se arrastra por las venas y le cuesta
llegar al corazón. ¡Caramba, eso sí que es novedoso! Siente,
algo como que la máquina de bombear no tiene gasolina.
No lo podía defi nir mejor, mi querido doctor, así me
siento, languideciente. Además, supongo que este cuadro
clínico que me ha descrito, le ha arrastrado a una profunda
tristeza. ¡Mecahis!, me está leyendo todos mis males. ¿No
dijo que mi caso era una rareza?
Y lo es para un cardiólogo, amigo. Aún no me contó
cuando le dijo su mujer que se iba de casa. 
de Paco Alcántara

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