

Caminé triste y perdido por la ciudad. Temblando de frío y hambre me senté a mirar a la gente y, ¡qué casualidad!, acertó a pasar por allí una familia muy peculiar. Al verme, no dudaron en meterme en la cesta de la compra, donde, cobijado y calentito tras una barra de pan recién hecho, me llené la barriga hasta no poder más. Cuando ya en su casa les conocí a fondo, ¡qué gran sorpresa! No os lo vais a creer. Prefiero iros presentando a esta asombrosa familia poco a poco.


Esta quedando precioso el cuento. Como sera la familia??
ResponderEliminarLa fiesta muy original. Ya me ha dicho patri-pajarito que estuvo genial.
Me queda la duda de si prefiere la miga o la corteza del pan.
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